Cambiar de hábitos de alimentación no es tarea fácil. Estamos rodeados de productos de rápido consumo, fáciles, cómodos…muy al alcance de la mano… No sólo hablo de precocinados, sino del típico momento de debilidad tras un día de 12-14 horas de trabajo (mi jornada habitual ;) en el que llamar al Dóminos pizza o similares es o era práctica habitual.
zas, SOLUCIÓN!!! El trabajo del Rethor comienza desde «el día de la compra», convertido ahora en un deber más dentro del programa de mejora de este chasis que estaba comstruyendo. ¿Por qué? Para evitar el momento «¿joder qué hago con este poco apetecible «nada» que hay en la nevera?» y la consecuente llamada a pizzaxxx.com
En el mercado y super mando yo, jeje, así que compro todo aquello que me conviene evitando las tentaciones. Sigo las directrices marcadas por Pepo y recomendaciones de Eva. Lo que no me conviene ahora pero me gusta (no consiste en eliminar grasas y azúcares de por vida sino reducirlas a un consumo proporcionado en una dieta* equilibrada) seguro que lo voy a tener delante en alguna comida con amigos el fin de semana, aprovechando mi día libre de dieta.
Así que, evito comprar todo aquello que ahora me estoy quitando para seguir avanzando en un nuevo modelo alimenticio, que es muy fácil, lo he publicado en un post previo: pavo, queso de burgos, verduras, legumbres, pollo y ternera plancha, pescados plancha, ensaladas y fruta, distribuidos adecuadamente a lo largo del día. Evito: quesos (lo cual es un dolor…), chocolates, precocinados en general, sobre alimentación de hidratos (salvo para los hitos tipo 2horas y 10 minutos de clase de spinning, ejem…), donde en la comida del día añadimos un tazón de arroz o pasta.
*cuando digo dieta, quiero decir un hábito de consumo alimenticio, no se trata de «adelgazar», ¡se trata de ganar en salud! que es lo que quiero conseguir gracias a un par de locos ;)